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Fútbol
A lo Corleone
Italia ha ganado su cuarto título de manera digna en un torneo jugado a su
estilo: con muchas precauciones defensivas y la tendencia de una mayor
preocupación por el arco propio que por el rival. Pero al final un torneo
bueno que redimió a los equipos europeos históricos y que tuvo como
figuras a los veteranos, a pesar de que el mejor de todos nos regalara un
final fatal. Y ganó un equipo que intentó ser distinto a sus principios
históricos del catenaccio, lográndolo muchas veces pues éste ha sido el
equipo italiano que más ha buscado el arco rival en mucho tiempo (talvez
desde Argentina 78) pero en el duelo final se ha coronado fiel a su estilo
poniéndose a tiro de as de Brasil y por encima de Alemania, que se tuvo
que conformar con las migajas. Y de paso los italianos consiguieron con
este torneo una actuación similar a las vendettas de los Corleone en la
saga de El Padrino, quienes en una noche ajustaban cuentas. Ahora los
Azzurri lograron en Alemania 2006 concretar 4 revanchas.
Primero contra Guus Hiddink, el técnico holandés que los dejara afuera con
Corea en el 2002 gracias a un cóctel de conformismo, garrafales errores
arbitrales y entusiasmo de los simpáticos coreanos. Ahora devolvieron la
moneda al DT de los australianos ganando con mucho drama, cediendo la
pelota en el ST tras la expulsión del ahora famoso Materazzi y gracias a
un penal muy dudoso. Triunfo con lo justo, quizás el punto más discreto en
el torneo, pero que sirvió para cobrar la primera revancha. Dejado de lado
el primer fantasma, y tras un paseo de salud contra el más flojo de los 8
equipos de cuartos como Ucrania, vino el mejor partido del certamen en la
semifinal contra el anfitrión. Aquella jornada Italia mostró casta de
campeón y jugo a proponer el partido y todos pensamos que el catenaccio
era cosa del pasado con un planteo inteligente, acompañado de cambios
acertados. Todo junto al respaldo histórico de ser el coco de los
alemanes, quienes no son los mismos cuando ven la camisa azul enfrente.
Bueno, de hecho este año excepto el partido contra Suecia, nunca fueron
los mismos de siempre.
Así se llegó a la final, en la cual concretaron las tres revanchas
restantes. Contra los galos pues se sacudieron de una paternidad que data
de México 86 (Italia no le gana Francia desde 1978) y cimentada por 2
hechos increíbles: el triunfo francés en penales del 98 camino al título y
la increíble victoria en la Euro 2000. Y los vencieron merced a un regreso
a las fuentes, apretando en toda la cancha con un Cannavaro brillante,
todo un símbolo de este equipo y con una clara inferioridad futbolística
desde el ST, cuando los de Domenech tomaron el control del juego para
soltarlo sólo faltando 10 minutos con la increíble expulsión de Zidane, la
jugada capital y definitoria del juego y sin duda la postal que va a
quedar de esta final, la cual se inició a un ritmo vertiginoso con 2 goles
en menos de 20 minutos convertidos por los iconos del juego (claro junto
al citado Cannavaro): el propio Zidane (un gol, una cabezazo soberbio y
una expulsión infantil) y Materazzi (falta para el penal de Francia, el
gol italiano, otro penal no marcado, la provocación a Zizou y un penal en
la definición)
Y el título llega de la mano de otra vendetta, la de los penales. 12 años
después de la final perdida en Pasadera contra los de Romario, Italia gana
su tetra desde los doce pasos, espantando los demonios que los sacaron en
tres mundiales sucesivos. Y lo logró con cobros impecables, sin fallar
ninguno y aprovechando el error de Trezeguet, justo el mismo verdugo de la
final de Holanda 2000 con aquel gol de oro.
Para cerrar el circulo Italia gana vengando la historia pues se alejó un
poco de su estilo, propuso juego, aunque hizo de la defensa la columna
vertebral con Buffon como un cerrojo que jamás permitió un gol de campo de
sus rivales y sólo pudo ser vencido con un autogol y por un penal. Italia
dejó atrás el lastre de 5 mundiales sin éxito, con sólo 4 derrotas y
terminando invicto en 2 (1990 y 1998) Marcello Lippi fue el responsable de
formar un equipo algo más atrevido que sus predecesores como Trappattoni y
Maldini, maestros de la mezquindad, y con trazos del inteligente cuadro de
Sacchi en el 94. Y para completar dio la vuelta en una ciudad y un estadio
con mucha historia y en el cual se habían coronado en los Olímpicos de
Berlín en 1.936. Y con similitudes a otros títulos como el aroma a
apuestas y corrupción interna que tanto recordara a los problemas de Paolo
Rossi antes de España 82 y con la presencia de un argentino (Camoranesi),
como sucediera en 1.934 con Raimundo Orsi y Luis Monti.
Unas palabras para los franceses. Se fueron sin perder, con la frente en
alto y con una despedida digna para una generación que lo ganó todo. Ahora
viene la reconstrucción (por favor no contraten al Bolillo) con una base
interesante y jugadores que permiten soñar como Ribery. En la final fueron
más que su rival, pero no supieron hacer daño con la pelota que tanto
tiempo tuvieron en su poder. Creo que en el balance se hace justicia a un
equipo italiano que fue más que Francia a lo largo del torneo. Fue la
despedida de Zidane por la puesta trasera tras una carrera legendaria. El
fútbol y él mismo no se merecían un cierre tan gris. Lo de Berlín no
desdibuja toda una carrera, pero sorprende que un tipo tan curtido salga
con una reacción de éstas a 10 minutos del final. Y se convirtió en una
jugada determinante en el escaso futuro del partido, pues Francia estaba
encima y con ZZ en el campo cualquier cosa podía pasar en tan poco tiempo.
Además el equipo sintió el golpe anímico, perdió el control y además
extrañó un penal fijo en la definición. Lástima que el cabezazo más
recordado de Zinedine no vaya a ser alguno de los 2 de la final de 1.998.
Yo prefiero recordarlo por su sombrero a Ronaldo y por sus gestas ante
España Y Brasil.
Con estas palabras cierro un nuevo ciclo de columnas para El Pito. Me uno
a los comentarios generales sobre lo apasionante y apretado que estuvo el
concurso este año y con la satisfacción en lo personal de haber sido parte
del lote de punta, a pesar de terminar con las manos vacías en el último
envión. Y por otro lado la alegría de ver a un campeón anunciado desde
estas líneas, lo que sirvió un poco de redención con los pronósticos tras
años de pelea. Con el respeto de Samuel, el título está en buenas manos.
Con el toque de Lippi quién se retiró hoy del equipo (Tante Grazie!,
arrivederci e buona fortuna) Italia lo ganó en buena ley. Cambiando un
poco pero manteniendo la esencia. Y saldando deudas pendientes. A lo
Corleone.
Germán Ocampo G.
Cali, Julio 12 de 2006
P.D 1: Tenemos 2 semanas por delante para comentar el insípido Tour 2006,
el cual con la ausencia de Armstrong y el escándalo que sacó a los grandes
favoritos adquirió un tono de mediocridad terrible. Estoy de acuerdo con
la lucha antidoping, pero este caso en lo relacionado con algunos nombre
ilustres, suena a culpables por sospecha.
P.D 2: No domino el tema de los autos, pero me parece lamentable la
despedida de Montoya de la F1. Y para colmo a la NASCAR. No sé pero sólo
me viene a la cabeza una palabra: Retroceso.