Y llegó la semana final de la Copa América. Finalmente, tras tantas historias alrededor de esta edición, estamos en semifinales. 4 de los 10 invitados siguen en carrera. Y curiosamente los mismos 4 DT semifinalistas de la edición 2019 repiten en esta ocasión. Tite, Gareca y Scaloni, quienes ocuparon las tres primeras posiciones en 2019, vuelven a esta instancia. Y de nuevo también Reinaldo Rueda, cuarto aquella vez con Chile, ahora con Colombia. Hasta ahora, los vaticinios dados en estas páginas se vienen cumpliendo y el Scratch sigue siendo el claro favorito del certamen, seguido por Argentina, en el rol de antagonista. La llegada de Perú y Colombia, a la luz de lo visto en el torneo, es sorpresiva, dado el irregular inicio de ambos en el grupo B, el cual ha ofrecido 3 de los semifinalistas. Pero Perú, tras el triunfo frente a Colombia ha venido en alza y Colombia tuvo un buen partido ante Brasil y un interesante duelo ante Uruguay en cuartos de final. El fútbol da
sorpresas y de pronto, se da la final de la Copa América de 1975, año en que Perú con su gloriosa generación de los 70s eliminó a Brasil en semifinales. No parece probable, pero al menos harán todo lo posible para evitar que el Maracaná vea el clásico sudamericano en la final del próximo sábado.
La Copa ha salido adelante, a pesar de todos los inconvenientes vividos, producto de la pandemia y de nuestros raizales problemas en esta parte del mundo, contra todos los apocalípticos pronósticos del efecto del COVID en el certamen. Salió adelante, sin fútbol lujoso, eso sí, muy distante del nivel de la Eurocopa jugada en paralelo por esas cosas del destino, pero con la pasión que sigue teniendo este deporte en esta zona del mundo. Brasil ha ofrecido estadios de primer nivel, desafortunadamente vacíos por las circunstancias ya conocidas, aunque con campos que no han estado a la altura de las instalaciones que los acogen. Por la premura de la designación de Brasil, las sedes no pudieron tener los campos con la debida preparación y los resultados en las gramas han saltado a la vista.
A pesar de ello, y aunque sigue faltando el gran partido, aquel que queda en la retina por años, la Copa llega a sus instancias decisivas con el Scratch a dos partidos de retener la corona. Con una nómina abundante, Tite sigue moldeando el equipo para el difícil objetivo de volver a ser campeón del mundo tras 20 años. Dominó claramente sus 2 primeros partidos, con goleada incluida a Perú (como en 2019), pero ante Colombia lució enredado hasta la polémica decisión de Pitana, que trajo el empate y la posterior desconcentración colombiana en los minutos finales. En el juego frente a Ecuador, lució también errático con una nómina alterna y sufrió mucho ante un decente Chile para aguantar la clasificación con 10 hombres. Creo que debe llegar al partido final en Rio y luce como candidato a su décima copa continental. Sin ser brillante, luce más compacto que en 2019 y Tite tiene todo en la mano para alcanzar el objetivo. Hoy, 39 años después del fin del Jogo Bonito en aquel partido de España
82 frente a Italia, esta selección es un claro exponente del futbol brasilero desde entonces: más practico y efectivo que bonito.
La Argentina de Scaloni, llega como único representante del parejo Grupo A, entre los 4 semifinalistas. De nuevo Scaloni, y su curioso destino de dirigir a una potencia mundial sin haber tenido experiencia alguna en banquillos en equipos de primera división y además con prestigiosos compatriotas más capacitados para el cargo, se encuentra ante la oportunidad de cortar la larga racha de la Albiceleste de mayores sin títulos, a pesar de contar con el mejor jugador del mundo. A pesar de que Messi ha hecho un gran torneo, en un rol más de conductor y con un equipo menos dependiente de él que en otras recientes épocas, no parece suficiente para asegurar que Argentina pueda ser campeón en Rio. El equipo, sin duda, ha mejorado mucho desde la Copa en 2019 y la apuesta de renovación de Scaloni ha sido exitosa. Pero no le sobra nada y gana con lo justo, generalmente tras un fuerte dominio en los primeros tiempos y sombras en los períodos complementarios. El partido de cuartos frente a Ecuador
fue un ejemplo de ello. Pero es un equipo difícil para los rivales y se siente sin la presión de recientes torneos por el largo ayuno. La semifinal frente a Colombia luce como un partido cerrado, con un ensayo reciente en Eliminatorias terminado en tablas. Argentina sigue como la principal alternativa frente a los de Tite, pero no luce fija su presencia en el Maracaná. De darse, eso sí, será un hueso duro de roer.
Colombia y Perú, compartieron grupo en la fase inicial y sortearon a sus rivales del Grupo A en cuartos, ambos en penales, para llegar a semifinales. Serán las terceras de Gareca al frente de Perú en cuatro copas desde 2015, algo muy significativo. No veo claro que puedan volver a ser finalistas, pero tampoco serán goleados como en el partido de primera fase. Perú viene en alza y posiblemente esta Copa sea un impulso para las Eliminatorias. Si algo ha mostrado Gareca es su capacidad de reacción al frente de los incas y el siguiente paso será tratar de que su último partido sea el sábado y no el viernes. Mientras tanto, Rueda llegó a Colombia en Enero de este año, después de su experiencia chilena, y tras el aplazamiento de las Eliminatorias en Marzo, su debut fue en Lima a comienzos de Junio frente a Perú, con triunfo, como es costumbre para Colombia en la capital peruana. La Copa América arranca con el antecedente de dejar de ser la sede a pocas semanas del inicio, y la sensación de
tener que empezar de cero. Encima, sin su jugador estelar por una situación netamente disciplinaria. Como consecuencia de todo ello, arrancó sin mucha fuerza, pero haciendo los 4 puntos que le valieron clasificar a cuartos de final. Luego, derrotas frente a Perú y Brasil, la primera jugando muy mal, pero en la segunda con un gran PT y la sensación de injusticia con el marcador final. Y en cuartos frente a Uruguay, hizo un buen partido, parejo, sin lujos, pero sin gol, su principal falencia en esta Copa. Al final, su eficiencia en los penales y un Ospina brillante, lo llevan a semifinales. Colombia sigue creciendo, pensando en Qatar, y además no tiene nada que perder frente a Argentina para así intentar volver a una final de Copa América después de 20 años. Fácil no va a ser, pero llega con la tranquilidad del deber cumplido y va por más, con Cuadrado, su mejor elemento, de nuevo en cancha.
Así, la querida Copa, aquella con 105 años de vida, llega a sus instancias decisivas. Como se dijo en la columna anterior, Uruguay y Chile fueron animadores, y como era de esperarse, Bolivia y Venezuela fueron los llamados a irse en las primeras de cambio. Sigo pensando que a pesar de la voluntad de Perú y Colombia y de sus grandes entrenadores, y de la fe de Scaloni tras haber logrado la renovación argentina de la mano de Messi, el local sigue con todo a favor para retener el título. Como diría Andrés Calamaro, aunque futbolísticamente hablando no son tiempos de “Carnaval de Brasil”, lo más probable es que el sábado llegará un nuevo trofeo para el Scratch y seguramente “alegria não terá fim”. Gareca, Scaloni y Rueda tienen la palabra.
Germán E. Ocampo
Weston, FL, Julio 5 de 2021 |