La Eurocopa 2020, la de aquella idea romántica de Platini de rodar por todo el continente con motivo de sus 60 años, está a punto de terminar tras 49 partidos que han dejado nuevos recuerdos para su legendaria historia. Arrancó en Italia y ha llegado a Inglaterra para su cierre con las semifinales y la final del próximo domingo. Y en ella, es posible que se vean las caras justamente, italianos e ingleses, si los daneses lo permiten. De darse, se haría justicia con los equipos que mejor fútbol han jugado en el certamen y sería de alguna manera un homenaje a los países que fueron el alfa y omega de esta edición especial, la cual ha sido un testimonio del desnivel cada vez mayor entre el fútbol del Viejo Continente y el nuestro en Sudamérica, hecho evidenciado en la Copa América que hemos vivido en forma simultánea.
Los cuatro semifinalistas tienen a los italianos e ingleses como los representantes de aquel trio (junto a Bélgica) que señalaba en esta columna, para hacer frente al gran favorito que era Francia, cuya eliminación a manos de Suiza fue toda una sorpresa. En mis vaticinios, daba a España y Alemania como equipos en renovación y los españoles llegaron a esta Final Four sin mucho brillo, tras 2 prórrogas consecutivas y un comienzo vacilante en su grupo en Sevilla y se van con una ovación cerrada y todos los aplausos. Mientras tanto, los alemanes cerraron la era Löw, eliminados por Inglaterra en octavos, tras sufrir bastante para pasar de ronda frente a Hungría en la reedición de la final del Mundial 1954. Pienso que ambas seguirán sus procesos de renovación, la “Madre Patria” con Luis Enrique y Alemania con Flick, rumbo a Qatar 2022 y la Euro 2024. El grupo de semifinalistas lo completó Dinamarca, auténtica sorpresa del torneo.
La semifinal de españoles e italianos, la cual repetirán en Octubre en la misma ronda de la Liga de las Naciones, mostró un compromiso mucho más equilibrado que el que se espera entre ingleses y daneses. España tuvo un equipo renovado, tras haberlo ganando todo entre 2008 y 2012, con el legado de uno de los mejores equipos de la historia del futbol, más allá de las 2 Eurocopas y el Mundial logrados. Aquel equipo del Tiqui-Taca, “el que decidió ser torero y no toro” como lo definiera Alfredo Relaño, gestado por Luis Aragonés y llevado a su clímax por Vicente Del Bosque, podría decirse que tuvo su primera prueba de fuego, justo frente a Italia en los cuartos de final de la Euro 2008, cuando España superó sus traumas de no pasar de esa ronda en torneos grandes. Aquella definición de penales en Viena marcó un antes y un después, e hizo que España se desatara mentalmente y pudiera llegar a vencer a Alemania en la final, repetirles la dosis a los germanos en la semifinal del Mundial 2010 y
luego vencer de nuevo a Italia en la final de la Euro 2012, cuando en Kiev dejó una obra maestra del futbol contemporáneo. Después vendría el retroceso marcado desde la final de la Copa Confederaciones en 2013 y confirmado en el doloroso 1-5 frente a Holanda del Mundial 2014. Y como un guiño del destino, sería la Italia de Conte la que eliminaría a España en 2016 dando por cerrado el ciclo de Del Bosque. Fueron 8 años entre los 2 partidos frente a Italia, un período que cambió la historia del futbol español y mundial. Tras esa derrota en Saint-Denis, España asumió un proceso con Lopetegui que generó muchas ilusiones, pero todo terminó abruptamente antes del pitazo inicial de Rusia 2018. Luis Enrique llegó a liderar la renovación y hoy se despidieron en penales y de nuevo, con Italia como referencia, rival en todas las fases desde 2008. España se va con la sensación de “misión cumplida” y el futuro vuelve a sonreír a los ibéricos.
Italia, también vivió su propio viacrucis para llegar a este dulce presente. Después de haber logrado el tetracampeonato del mundo en 2006 de la mano de Lippi, Donadoni empezó una serie de fiascos con la señalada Euro 2008, seguido por el retorno poco afortunado de Lippi y su eliminación en primera fase en Sudafrica. Prandelli trajo un respiro con la final de la Euro 2012, a pesar de la goleada recibida, y parecía que todo iba por buen camino hacia Brasil 2014, torneo que terminó de nuevo en primera fase con aquella derrota, con mordida incluida, frente al Uruguay de Suárez. Cambio de timón con Conte y una buena Euro, eliminada en penales frente a Alemania en cuartos y la fatal decisión de traer a Ventura al banquillo. Llegó lo impensado, la vergogna de ver a Italia fuera de Rusia 2018, a manos de una mediocre Suecia. Así vino Roberto Mancini a reconstruir la casa. Le encomienda el arco a Donnarumma y con la habitual solidez defensiva, crea una nueva imagen de mitad de cancha en
adelante. Italia propone juego. El resultado, salta a la vista. Futbol vistoso y claridad en ambas áreas por parte de la Squadra Azzurra. Una racha de 11 partidos sin recibir gol, 33 juegos invictos, una nueva final europea tras 9 años y haber dejado en el camino a una gran Bélgica y a una aguerrida España, son la carta de presentación de un equipo que ha mostrado el mejor fútbol del torneo, lejos del catenaccio y que va por un título que no gana desde 1968. El futuro se mira ahora con optimismo en Roma, 4 años después.
Mancini es uno de los DT extranjeros que fue a Inglaterra y su paso por el City, con una Premier incluida, ha contribuido a gestar el momento que vive la Liga inglesa y que se ha irradiado a la selección nacional. Inglaterra vive un periodo fantástico bajo la conducción de Gareth Southgate, llegado tras el fiasco de la Euro 2016 cuando fueron eliminados por Islandia en octavos. Los fracasos en Europa han servido a varios equipos para generar un porvenir valioso. Lo vivieron Alemania en 2000 e Inglaterra en 2016. Southgate empezó a armar este equipo con miras a los Mundiales de 2022 y 2026, pues tenía una camada muy interesante, con el aporte de los campeones mundiales Sub 20 y Sub 17 de los mundiales de 2017. Así, la llegada a semifinales en Rusia 2018, aceleró este proceso, que los tiene, sin goles recibidos, a un paso de su primera final de Eurocopa en la historia. Al frente estará Dinamarca, llena de corazón y con ”aire en la camiseta” tras el incidente de Eriksen y con muchas
ganas de un nuevo milagro como el de 1992. Están al borde de una nueva final, 29 años después y mañana estarán en Wembley sin nada que perder. No creo que lleguen a la final, pero Inglaterra no tendrá las libertades que le permitiera Ucrania en cuartos.
“Una Eurocopa de equipos, no de estrellas”, ha sido una buena síntesis de esta edición del torneo, en palabras de Relaño. Han quedado más en el recuerdo las actuaciones colectivas, con italianos e ingleses en primera fila, que las faenas individuales. Aquella Alemania 2014, es un buen ejemplo de este tipo de conjuntos, independiente del sistema de juego empleado, sea posesión como lo hicieron en su momento los teutones y la propia España o transiciones rápidas como la Francia de 2018, todos exitosos, a su manera. Y esa ha sido la tendencia en esta Euro, con los equipos por encima de las individualidades. Por lo pronto, faltan 2 partidos en Wembley. La antigua catedral sigue esperando por un nuevo campeón.
Germán E. Ocampo
Weston, FL, Julio 6 de 2021 |